En Silicon Valley no son capaces de diseñar un robot
para educar…
La Educación Social, creada como
Diplomatura Universitaria, actualmente como Grado, alude a una figura
profesional cada vez más demandada por la sociedad. El aumento del tiempo de
ocio, la necesidad de favorecer la participación social y política de los
ciudadanos, los nuevos retos de la educación, la atención y apoyo a las
personas con pocos recursos o con dificultades de integración... reclaman intervenciones
profesionalizadas para las que su formación les habilita plenamente.
Las cambiantes sociedades cada día
demandan mayor atención a los diferentes aspectos que configuran la realidad
social, unido al actual desmantelamiento del estado de bienestar, fuerza a los
profesionales a adaptarse a los ritmos que imponen las sociedades. Uno de estos
profesionales es la figura del Educador Social.
La figura del Educador Social es
uno de esos profesionales que todavía hoy necesita de una explicación de su
tarea en la sociedad. ¿A qué se dedica? ¿Cuál es su perfil profesional? autores
A. Álvarez y A. Martínez, señalan que pocas veces nos paramos a pensar en ese
otro perfil que tiene el educador el perfil personal, el perfil de la persona
que ha elegido trabajar con otras personas, con personas que están “vivas”, y
por tanto debemos plantearnos también nuestras aptitudes, nuestras capacidades,
nuestras limitaciones, miedos, inseguridades, todo lo que aportamos como
personas.
Considero como aportación personal,
que es una profesión que te tiene que gustar trabajar con personas y saber que
trabajas con el lado más humano, incluso diría el lado que nadie quiere ver, es
también una profesión que no suele reportar económicamente mucho dinero pero se
puede vivir dignamente… pero tengo una cosa clara, ningún trabajo como este me
ha hecho sentirme “más humano”.