El presente capítulo la autora hace una reflexión
sobre las normas y los objetivos en el grupo. Y nos recuerda que “Somos lo que
pensamos, somos lo que sentimos y somos lo que hacemos; ser, pensar, sentir y
actuar, en coherencia, son elementos destacables de todas las páginas que
recorren este texto” (Zamanillo 2008, pág. 183)
7.1. Las normas desde una perspectiva ética.
Escribe la autora que puesto que las normas se fundamentan en la ética, se va a tratar, en primer lugar en el texto del principio de responsabilidad en el grupo, ya que una teoría ética es necesariamente una teoría de la responsabilidad.
Me parece reseñable cuando dice “que los sentimientos parten, en primer lugar, de nuestros conceptos morales, pero nunca los sentimientos han sido irracionales, como suele creerse y expresarse en términos vulgares. “ (Zamanillo 2008, pág. 184)
De importancia también cuando señala que “en el mundo del trabajo social, en muchas ocasiones, nos encontramos con un desdén por la teoría que impide comprender la inextricable relación entre ambas dimensiones de la ciencia” (práctica-teoría-ética)
La autora Victoria Camps nos señala lo siguiente sobre la ética: “una ética de la intención o de los principios, más atenta a los fines últimos que a los medios empleados para alcanzarlos, y legitimada por la buena voluntad independientemente de los resultados” (Camps, 1993: 57). En su aplicación al grupo, hablamos de una ética fundamentada en compromisos del grupo, en la que está implicada el reconocimiento mutuo, la reciprocidad, la solidaridad, la tolerancia, la flexibilidad a los comportamientos y errores de los otros, la aceptación de la diferencia del otro, el diálogo para establecer acuerdos; en fin, una ética de grupo que nace del conflicto con los otros en tanto que son personas diferentes que buscan un mismo objetivo.” (Zamanillo 2008, pág. 185).
Importante también “El fin de un grupo es alcanzar un grado de relaciones cooperadoras; el medio es la comunicación transparente. Éste es el principio de responsabilidad de los equipos: crear una ética y una cultura de trabajo en el que se respeten estos criterios, en el que las personas se formen en coevolución para que puedan dar un mejor servicio, un equipo constituido por sujetos reflexivos, sujetos de poder”. (Zamanillo 2008, cap. 11 – pág.274)
7.2. Las normas en los grupos pequeños.
Uno de los problemas detectados en la mayoría de los equipos de trabajo es lo que nos señala Teresa Zamanillo al hablarnos de las normas “¿Por qué las normas y los objetivos son tan fundamentales? Porque las normas son ideas en la mente de los miembros, que indican lo que un determinado miembro debería hacer u omitir. Responden, pues, a un sistema de valores, que determina el comportamiento individual, dirigido a conseguir la meta. Son reglas de conducta establecidas por los miembros del grupo, con el objeto de mantener una coherencia en la conducta.”(Zamanillo 2008, pág. 183)
Zamanillo nos los señala: “Porque la responsabilidad en un grupo no se reparte por igual, es decir, hay miembros más responsables que otros; son miembros más comprometidos con la tarea. Sin embargo, hay otros comprometidos con el afecto o con las emociones de las personas del grupo; son los cuidadores de los aspectos relativos a los sentimientos grupales; saben reconocer las cualidades, la palabra, el lugar que ocupan sus compañeros…” (Zamanillo 2008, pág. 186)
“Toda persona tiene ideas acerca de patrones de conducta, pero, en el inicio del grupo, las personas no saben a qué atenerse, no hay códigos establecidos de conducta, las personas se sienten inseguras y reina la ansiedad. Los comportamientos habituales que tienen las personas en otros grupos pueden no ser válidos en el nuevo” (Zamanillo 2008, pág.187”)
“Con el paso del tiempo, los miembros aprenden a comportarse de manera que su conducta es aceptable o inaceptable para los otros individuos y poco a poco se regulan las conductas, organizándose un todo de acuerdo a valores comunes”. (Zamanillo 2008, pág. 187)Una de las conclusiones que sacamos de los textos de Zamanillo es “Un acto de falta de responsabilidad con la tarea puede no tener el mismo significado en un grupo que en otro. Lo mismo sucede con la falta de reconocimiento de los otros, o no pedir disculpas en un momento determinado. También han de aprender que los significados pueden variar individualmente, es decir, de acuerdo con la persona con quien se relaciona en un momento determinado, o con las circunstancias que concurran” (Zamanillo 2008, pág. 197)
Queda claro que las normas son reglas de comportamiento y que son formas apropiadas de actuar dentro de un grupo, que han sido aceptadas como legítimas por los miembros del mismo y que por tanto regulan la actuación del grupo como sistema, estas normas se establecen por medio de la comunicación.
Para autores como Parsons las normas de cualquier sociedad o grupo deben responder a algunas de las siguientes dimensiones: Relaciones afectivas y Relación de autoridad, control y toma de decisiones.
En las relaciones afectivas se imponen algunas preguntas” Las relaciones entre los miembros de un grupo ¿han de fundamentarse en la expresión de los sentimientos que se tienen unos a otros o éstos han de reprimirse y controlarse? ¿Se considera legítima y propia una expresión emotiva o se entiende que cualquier manifestación de esta índole es personal y que estorbará a la tarea del grupo? (Zamanillo 2008, pág. 188)
En la segunda dimensión de Parsons se refiere a las relaciones de autoridad, control y toma de decisiones. Señala que “Las relaciones de autoridad en los grupos son relaciones de complementariedad, es decir, son las que se dan entre los miembros del grupo con el coordinador y observador” (Zamanillo 2008, pág. 190),
Señala Zamanillo como “ensayos de escalada con los miembros del equipo de coordinación, son juegos de poder, cuyo significado es el de expresar y reafirmar el suyo propio”. (Zamanillo 2008, pág. 190)
En cuanto a las funciones que cumplen las normas Zamanillo nos señala que: “proporcionan un marco de principios éticos, además de otros resultados más funcionales, tales como la reducción del miedo. También eliminan la inseguridad en el comportamiento; adquieren carácter de atenuantes de los conflictos, en cuanto que regulan el comportamiento de unos miembros con respecto a otros; definen al grupo, es decir, lo diferencian “hacia fuera” de otros proporcionándole una identidad propia; distribuyen las fuerzas internas del grupo; contribuyen pues, a la autorregulación del poder; ayudan a mantener la unidad del grupo…” (Zamanillo 2008, pág. 194)
Señala Zamanillo también sobre las clases de normas: “Formales: enunciados escritos y formales que producen generalmente de normas externas de la autoridad o del medio en que se desarrolla el grupo. Enunciadas explícitamente: se comunican verbalmente y son fáciles de reconocer por los miembros. No explícitas e informales: influyen de forma importante en los miembros. En ocasiones llegan a conocerse cuando son violadas, como, por ejemplo, no tratarse agresivamente unos a otros en las sesiones.” (Zamanillo 2008, pág. 195)
7.1. Las normas desde una perspectiva ética.
Escribe la autora que puesto que las normas se fundamentan en la ética, se va a tratar, en primer lugar en el texto del principio de responsabilidad en el grupo, ya que una teoría ética es necesariamente una teoría de la responsabilidad.
Me parece reseñable cuando dice “que los sentimientos parten, en primer lugar, de nuestros conceptos morales, pero nunca los sentimientos han sido irracionales, como suele creerse y expresarse en términos vulgares. “ (Zamanillo 2008, pág. 184)
De importancia también cuando señala que “en el mundo del trabajo social, en muchas ocasiones, nos encontramos con un desdén por la teoría que impide comprender la inextricable relación entre ambas dimensiones de la ciencia” (práctica-teoría-ética)
La autora Victoria Camps nos señala lo siguiente sobre la ética: “una ética de la intención o de los principios, más atenta a los fines últimos que a los medios empleados para alcanzarlos, y legitimada por la buena voluntad independientemente de los resultados” (Camps, 1993: 57). En su aplicación al grupo, hablamos de una ética fundamentada en compromisos del grupo, en la que está implicada el reconocimiento mutuo, la reciprocidad, la solidaridad, la tolerancia, la flexibilidad a los comportamientos y errores de los otros, la aceptación de la diferencia del otro, el diálogo para establecer acuerdos; en fin, una ética de grupo que nace del conflicto con los otros en tanto que son personas diferentes que buscan un mismo objetivo.” (Zamanillo 2008, pág. 185).
Importante también “El fin de un grupo es alcanzar un grado de relaciones cooperadoras; el medio es la comunicación transparente. Éste es el principio de responsabilidad de los equipos: crear una ética y una cultura de trabajo en el que se respeten estos criterios, en el que las personas se formen en coevolución para que puedan dar un mejor servicio, un equipo constituido por sujetos reflexivos, sujetos de poder”. (Zamanillo 2008, cap. 11 – pág.274)
7.2. Las normas en los grupos pequeños.
Uno de los problemas detectados en la mayoría de los equipos de trabajo es lo que nos señala Teresa Zamanillo al hablarnos de las normas “¿Por qué las normas y los objetivos son tan fundamentales? Porque las normas son ideas en la mente de los miembros, que indican lo que un determinado miembro debería hacer u omitir. Responden, pues, a un sistema de valores, que determina el comportamiento individual, dirigido a conseguir la meta. Son reglas de conducta establecidas por los miembros del grupo, con el objeto de mantener una coherencia en la conducta.”(Zamanillo 2008, pág. 183)
Zamanillo nos los señala: “Porque la responsabilidad en un grupo no se reparte por igual, es decir, hay miembros más responsables que otros; son miembros más comprometidos con la tarea. Sin embargo, hay otros comprometidos con el afecto o con las emociones de las personas del grupo; son los cuidadores de los aspectos relativos a los sentimientos grupales; saben reconocer las cualidades, la palabra, el lugar que ocupan sus compañeros…” (Zamanillo 2008, pág. 186)
“Toda persona tiene ideas acerca de patrones de conducta, pero, en el inicio del grupo, las personas no saben a qué atenerse, no hay códigos establecidos de conducta, las personas se sienten inseguras y reina la ansiedad. Los comportamientos habituales que tienen las personas en otros grupos pueden no ser válidos en el nuevo” (Zamanillo 2008, pág.187”)
“Con el paso del tiempo, los miembros aprenden a comportarse de manera que su conducta es aceptable o inaceptable para los otros individuos y poco a poco se regulan las conductas, organizándose un todo de acuerdo a valores comunes”. (Zamanillo 2008, pág. 187)Una de las conclusiones que sacamos de los textos de Zamanillo es “Un acto de falta de responsabilidad con la tarea puede no tener el mismo significado en un grupo que en otro. Lo mismo sucede con la falta de reconocimiento de los otros, o no pedir disculpas en un momento determinado. También han de aprender que los significados pueden variar individualmente, es decir, de acuerdo con la persona con quien se relaciona en un momento determinado, o con las circunstancias que concurran” (Zamanillo 2008, pág. 197)
Queda claro que las normas son reglas de comportamiento y que son formas apropiadas de actuar dentro de un grupo, que han sido aceptadas como legítimas por los miembros del mismo y que por tanto regulan la actuación del grupo como sistema, estas normas se establecen por medio de la comunicación.
Para autores como Parsons las normas de cualquier sociedad o grupo deben responder a algunas de las siguientes dimensiones: Relaciones afectivas y Relación de autoridad, control y toma de decisiones.
En las relaciones afectivas se imponen algunas preguntas” Las relaciones entre los miembros de un grupo ¿han de fundamentarse en la expresión de los sentimientos que se tienen unos a otros o éstos han de reprimirse y controlarse? ¿Se considera legítima y propia una expresión emotiva o se entiende que cualquier manifestación de esta índole es personal y que estorbará a la tarea del grupo? (Zamanillo 2008, pág. 188)
En la segunda dimensión de Parsons se refiere a las relaciones de autoridad, control y toma de decisiones. Señala que “Las relaciones de autoridad en los grupos son relaciones de complementariedad, es decir, son las que se dan entre los miembros del grupo con el coordinador y observador” (Zamanillo 2008, pág. 190),
Señala Zamanillo como “ensayos de escalada con los miembros del equipo de coordinación, son juegos de poder, cuyo significado es el de expresar y reafirmar el suyo propio”. (Zamanillo 2008, pág. 190)
En cuanto a las funciones que cumplen las normas Zamanillo nos señala que: “proporcionan un marco de principios éticos, además de otros resultados más funcionales, tales como la reducción del miedo. También eliminan la inseguridad en el comportamiento; adquieren carácter de atenuantes de los conflictos, en cuanto que regulan el comportamiento de unos miembros con respecto a otros; definen al grupo, es decir, lo diferencian “hacia fuera” de otros proporcionándole una identidad propia; distribuyen las fuerzas internas del grupo; contribuyen pues, a la autorregulación del poder; ayudan a mantener la unidad del grupo…” (Zamanillo 2008, pág. 194)
Señala Zamanillo también sobre las clases de normas: “Formales: enunciados escritos y formales que producen generalmente de normas externas de la autoridad o del medio en que se desarrolla el grupo. Enunciadas explícitamente: se comunican verbalmente y son fáciles de reconocer por los miembros. No explícitas e informales: influyen de forma importante en los miembros. En ocasiones llegan a conocerse cuando son violadas, como, por ejemplo, no tratarse agresivamente unos a otros en las sesiones.” (Zamanillo 2008, pág. 195)
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