Lo primero que
podemos decir es que las organizaciones son constructos sociales, no son
simples estructuras o mecanismos, que están formadas por personas, que
interactúan, que suelen tener una jerarquía, y en la que se desarrollan roles
de poder… a su vez la organizaciones
están provistas de recursos para afrontar con soluciones específicas problemas
contingentes que son igualmente específicos.
Lo más
destacable a mi juicio, es que las organizaciones están formadas por personas,
en este caso por adultos, los cuales a su vez desprenden todo tipo de
interacciones dentro y fuera de esas estructuras, lo que genera en la propia
organización “una dinámica” macro y microsistémica con el entorno y consigo
misma (organización entendida como multiplicidad de individuos).
Un punto
destacable es cuando el autor señala que “la enorme riqueza que genera la pobreza” como dato podemos decir que el estado
dedicó en el año 2016 2.093.223 €,
lo que nos puede dar una idea de la cantidad de empresas, funcionarios,
empresas auxiliares, trabajadores laborales… que participan de dichas
organizaciones, es justo también señalar que es una parte de esos recursos, de
momento…
De otra parte
el autor también señala que las organizaciones del pasado han dado paso a un
sistema de organización profesional, y a grandes trazos de organización
política y sus juegos políticos que son fundamentales en ciertas
configuraciones organizacionales. Este tipo de juegos se define alrededor de la
noción de “poder” o “capacidad de influencia”, y tiene por
objeto la conquista o preservación del mismo.
De las
organizaciones destaca la figura del “operador
social” como la figura que ha ido evolucionando desde el pasado y ahora se
trata de un profesional que trabaja directamente de cara a los usuarios de los
servicios, se trata de un profesional abierto, flexible, creativos y
básicamente polivalentes, por el contrario también nos indica la figura del “operador
programador” que sería la figura clave en los comportamientos y habilidades
políticas en el seno de las organizaciones.
Es importante
señalar la siguiente frase en el texto:
“es fascinante reconocer con frecuencia el siguiente
isomorfismo: los operadores sociales pueden supeditar masivamente la
posibilidad de cambiar sus propias circunstancias profesionales a la iniciativa
de elementos ajenos presentes en la organización, portadores de recursos
materiales, cognitivos o relacionales…. De los cuales no es posible intervenir
en los contextos usuarios con las suficientes garantías. Se establece con este
mecanismo construido un proceso de delegación de los propios recursos
profesionales en manos de algún redentor organizacional, ángel o demonio, del
que depende cualquier superación de una cotidianeidad frustrante y que, sobre
todo, alimenta una dinámica que construye paulatinamente una identidad
profesional en proceso de esterilización como agente de cambio”
Le suena de
algo, organizaciones en las que los trabajadores pasan más tiempo pensando en
cómo formarse, cómo ascender, cómo conseguir mejor su vida personal… para
meditar.
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