viernes, 3 de marzo de 2017

El profesional en las organizaciones de Servicios Sociales

...o en cualquier organización





Lo primero que podemos decir es que las organizaciones son constructos sociales, no son simples estructuras o mecanismos, que están formadas por personas, que interactúan, que suelen tener una jerarquía, y en la que se desarrollan roles de poder…  a su vez la organizaciones están provistas de recursos para afrontar con soluciones específicas problemas contingentes que son igualmente específicos.


Lo más destacable a mi juicio, es que las organizaciones están formadas por personas, en este caso por adultos, los cuales a su vez desprenden todo tipo de interacciones dentro y fuera de esas estructuras, lo que genera en la propia organización “una dinámica” macro y microsistémica con el entorno y consigo misma (organización entendida como multiplicidad de individuos).


Un punto destacable es cuando el autor señala que “la enorme riqueza que genera la pobreza” como dato podemos decir que el estado dedicó en el año 2016 2.093.223 €, lo que nos puede dar una idea de la cantidad de empresas, funcionarios, empresas auxiliares, trabajadores laborales… que participan de dichas organizaciones, es justo también señalar que es una parte de esos recursos, de momento…


De otra parte el autor también señala que las organizaciones del pasado han dado paso a un sistema de organización profesional, y a grandes trazos de organización política y sus juegos políticos que son fundamentales en ciertas configuraciones organizacionales. Este tipo de juegos se define alrededor de la noción de “poder” o “capacidad de influencia”, y tiene por objeto la conquista o preservación del mismo.


De las organizaciones destaca la figura del “operador social” como la figura que ha ido evolucionando desde el pasado y ahora se trata de un profesional que trabaja directamente de cara a los usuarios de los servicios, se trata de un profesional abierto, flexible, creativos y básicamente polivalentes, por el contrario también nos indica la figura del “operador programador” que sería la figura clave en los comportamientos y habilidades políticas en el seno de las organizaciones.

Es importante señalar la siguiente frase en el texto: 


“es fascinante reconocer con frecuencia el siguiente isomorfismo: los operadores sociales pueden supeditar masivamente la posibilidad de cambiar sus propias circunstancias profesionales a la iniciativa de elementos ajenos presentes en la organización, portadores de recursos materiales, cognitivos o relacionales…. De los cuales no es posible intervenir en los contextos usuarios con las suficientes garantías. Se establece con este mecanismo construido un proceso de delegación de los propios recursos profesionales en manos de algún redentor organizacional, ángel o demonio, del que depende cualquier superación de una cotidianeidad frustrante y que, sobre todo, alimenta una dinámica que construye paulatinamente una identidad profesional en proceso de esterilización como agente de cambio”

Le suena de algo, organizaciones en las que los trabajadores pasan más tiempo pensando en cómo formarse, cómo ascender, cómo conseguir mejor su vida personal… para meditar.

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