Alternando con los estudios de Beneficencia y las visitas a los
hospitales, comenzó sus visitas a los presos, circunstancia que dio motivo a
que en 1864 se la nombrara “Visitadora de Prisiones de Mujeres”,
circunstancia que aprovechó para fundar en la Coruña, una Sociedad de señoras
que enseñaban las labores y la lectura, las visitaban y consolaban,
patrocinando a las más necesitadas cuando cumplían la condena, y auxiliando a
las corrigendas que tenían a su lado a sus hijos menores de 3 años; este patronato,
quien trabajaba más en este sentido era D° Concepción, aunque también ocupaba
su tiempo en el estudio psicológico que hizo, interrogando a más de 400 mujeres
condenadas por delitos de todas clases, desde el asesinato y parricidio hasta
el hurto de leña.
Fruto de estas observaciones son las “Cartas a los
delincuentes”, que trata del derecho y moral, en el cual se explica
la justicia y la necesidad de las leyes penales, y se alienta en sus
desgracias.
D° Concepción Arenal obraba sin espíritu de escuela, sin querer
fundar sistema determinado, ni secundar teoría concreta; sólo le inspiraba el
amor a la verdad, el deseo de hacer bien, de consolar, de secar lágrimas; esto
había de dar por resultado un conocimiento profundo del corazón humano, un
estudio exacto de los delincuentes, que difícilmente puede alcanzarse cuando se
investiga bajo un prisma dado, para llegar a conclusiones fijadas de antemano.
Los Estudios penitenciarios son un reflejo evidente de aquella
investigación en el que su autora revela una originalidad y una elevación de
ideas, que la ponen al nivel de los primeros pensadores de Europa.
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