viernes, 30 de diciembre de 2016

Carta a los delincuentes. Concepción Arenal





Alternando con los estudios de Beneficencia y las visitas a los hospitales, comenzó sus visitas a los presos, circunstancia que dio motivo a que en 1864 se la nombrara “Visitadora de Prisiones de Mujeres”, circunstancia que aprovechó para fundar en la Coruña, una Sociedad de señoras que enseñaban las labores y la lectura, las visitaban y consolaban, patrocinando a las más necesitadas cuando cumplían la condena, y auxiliando a las corrigendas que tenían a su lado a sus hijos menores de 3 años; este patronato, quien trabajaba más en este sentido era D° Concepción, aunque también ocupaba su tiempo en el estudio psicológico que hizo, interrogando a más de 400 mujeres condenadas por delitos de todas clases, desde el asesinato y parricidio hasta el hurto de leña.

Fruto de estas observaciones son las “Cartas a los delincuentes”, que trata del derecho y moral, en el cual se explica la justicia y la necesidad de las leyes penales, y se alienta en sus desgracias.





D° Concepción Arenal obraba sin espíritu de escuela, sin querer fundar sistema determinado, ni secundar teoría concreta; sólo le inspiraba el amor a la verdad, el deseo de hacer bien, de consolar, de secar lágrimas; esto había de dar por resultado un conocimiento profundo del corazón humano, un estudio exacto de los delincuentes, que difícilmente puede alcanzarse cuando se investiga bajo un prisma dado, para llegar a conclusiones fijadas de antemano. Los Estudios penitenciarios son un reflejo evidente de aquella investigación en el que su autora revela una originalidad y una elevación de ideas, que la ponen al nivel de los primeros pensadores de Europa.




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